Todo con azúcar

Entre las muchas costumbres que cada vez mas vamos asumiendo de USA, el Halloween y ahora el Baby Shower son dos de ellas que me han tenido que explicar de que se trata, porque no tengo muy claro de que va la cosa. Bueno, realmente estoy mintiendo, algo he visto en las películas. Esas fiestas que normalmente organizan a la hora de merendar y donde se reúne las mujeres en torno a una embarazada para agasajarla.
Sinceramente no se como se organiza ese tipo de fiesta ni cómo funciona, así que busqué y busqué por internet y encontré todo tipo de tartas y dulces con colores en tonos pastel y detalles de bebé, zapatitos, biberones y todas esas cosas. Entonces me dice mi hija que el tema es “Dragones y princesas”. Eso ya era rizar el rizo, no me gustan las tartas color rosa de princesas y ni idea de que hacer hasta que soltó.. ¡Mamá podemos hacer un dragón bebé, eso a Vero le va a encantar!. ¡Estupendo! le respondí, (pensando por dentro, no te imaginas el trabajo que nos espera) porque últimamente he cogido la costumbre que cuando me piden hacer una tarta complicada para otra persona les obligo a involucrarse, al menos con las figuras que es lo que mas tiempo lleva.

Así que entre mi hija, su amiga Adriana y yo, pasamos toda una mañana completa solo para modelar el dragoncito, las alitas, las uñas e intentando que tuviese una expresión bonita y dulce en su cara porque era para una de las mejores amigas de mi hija.

Es una única tarta la de la parte alta, la de abajo es un dummi de poliespan especial para tartas, forrado con fondant y que la homenajeada ha querido conservar con el dragoncito encima hasta que nazca el bebé.

El interior de cebra vainilla y chocolate y la crema un ganache de chocolate con leche, receta copiada literalmente del libro de Patricia Arribálzaga, con una sola modificación, en el porcentaje de nata que puse en la crema. A mi me gusta un poco más ligera y con el fondant queda igual de consistente para mantener la estructura.

Ingredientes para un molde de 20 cm.

180 g de mantequilla

300 g de azúcar

6 huevos

360 g de harina

4 cucharaditas de polvo Royal

2 cucharaditas de esencia de vainilla

2 cucharadas de cacao amargo

5 cucharadas de vino blanco

Preparación

Batir la mantequilla con el azúcar hasta que esté cremosa, incorporar los huevos de a uno batiendo bien. Agregar la esencia de vainilla y seguir batiendo. Mezclar la harina y el polvo Royal, tamizarlos e incorporar a la preparación mezclando.

Mezclar las dos cucharadas de cacao amargo con 5 cucharadas de vino blanco hasta que se forme una pasta.

Dividir la preparación en dos partes iguales, a una de las partes agregarle la pasta de cacao y mezclar bien.

Untar un molde de 20 cm. con mantequilla y enharinarlo, cortar un disco de papel de horno del diámetro del molde y colocarlo en la base del molde.

Armar dos mangas pasteleras iguales: una con la masa de vainilla y otra con la masa de chocolate.

Con la manga con la masa de vainilla hacer un círculo de masa en el centro, presionar la manga durante 5 segundos, luego con la manga con la masa de chocolate hacer un círculo de masa en el centro de la anterior, como se ve en la foto, también contando 5 segundos, siempre hay que poner la misma cantidad de masa por cada color.

Repetir la operación siempre de la misma forma con el resto de la masa.

Cuando se esté llegando al final hacer círculos más pequeños contando solo 3 segundos mientras se aprieta la manga pastelera.

Hornear a 180º C durante 60 minutos aproximadamente, hasta que cuando se pinche con un palito de madera en el centro del pastel este salga seco.

Cortar el pastel en capas, pincelar con el almíbar de vainilla y rellenar con la crema de chocolate con leche y vainilla

Receta Almíbar de vainilla

Ingredientes

150 g de azúcar

150 g de agua

3 cucharaditas de esencia de vainilla

Preparación

Poner en una olla el azúcar, el agua y la esencia de vainilla llevar al fuego y cuando empiece a hervir retirar..

Receta crema de chocolate con leche y vainilla

Ingredientes

600 g de chocolate con leche

300 g de nata

3 cucharaditas de esencia de vainilla

Preparación

Derretir el chocolate en microondas a temperatura mínima durante 4 minutos aproximadamente o derretirlo a baño maría. Calentar la nata hasta que hierva y agregarla al chocolate.

Batir con batidora eléctrica el chocolate con la nata hasta que estén bien unidos y la crema tenga una textura lisa y brillante, agregar la esencia de vainilla y batir bien. Dejar enfriar a temperatura ambiente por lo menos 8 horas, luego montar la crema con una batidora eléctrica y usar para rellenar el pastel.

A veces es la forma que adoptan las cosas lo que llama irresistiblemente nuestra atención. Lo cierto es que cuando vi una publicación en la página Con aroma de vainilla usando el molde de arabescos que tengo desde hace bastante tiempo (fíjate en este bizcocho que publiqué en el 2013) y que tanto me gusta, con esta deliciosa receta de semifrío, me quedé encantada. Y como la Navidad se precipita en nuestras vidas, sin que podamos hacer nada por detener el maldito tiempo que camina tan deprisa... pues a disfrutarla.

No hace falta que les diga que esta receta es perfecta para terminar una copiosa comida propia de estas fechas. Es muy refrescante y no empalaga nada.

Ingredientes:
2 mangos
2 hojas de gelatina
6 yogures griegos azucarados.
600 ml de nata para montar (mínimo 35%mg)
120 gramos de azúcar glass.
Preparación:

Pelamos y trituramos los mangos. Ponemos las dos hojas de gelatina en un bol cubiertas con agua fría durante unos 10 minutos. A continuación calentamos unos 45 ml de agua y disolvemos la gelatina. La añadimos al puré de mango, removemos bien y volcamos la mezcla en el molde. Llevamos al congelador hasta que la capa de mango haya empezado a cuajar para que guarde la forma.

Preparamos mientras tanto el semifrío. Montamos la nata y cuando empiece a espesar añadimos el azúcar glass y seguimos batiendo hasta que esté firme. Batimos ligeramente el yogur y mezclamos con la nata con movimientos envolventes. Cuando esté bien integrado sacamos nuestro molde del congelador y volcamos la mezcla. Ponemos en la nevera hasta el día siguiente. También podemos poner en el congelador y sacar unas horas antes de servir pasándolo al frigorífico primero. Puede estar algo congelado al comer y también resulta delicioso.

En el momento de servir desmoldamos con cuidado y cortamos en rodajas.

Más fácil imposible. Puede hacerse en cualquier otro molde, quedará riquísimo pero no tan bonito.
¡Que la Navidad les deje respirar!
¡Hasta la próxima!

Lo mas socorrido en postres es un Triffle, muy sencillo y con ingredientes que solemos tener en casa, se trata de colocar en un envase de cristal un bizcocho (artesano o comprado), una crema (natilla, crema pastelera, o nata) y una fruta (natural o en almíbar) y toda en capas. Ahora solo falta humedecer el bizcocho con algún licor, almíbar o vino dulce y decorar como nos apetezca.

Puedes elegir la fruta que mas te guste, frutos rojos con chocolate y nata por ejemplo, es mi favorito.

O galletas, merengue, crema y fresas. Pero en esta ocasión decidí , sabores mas delicados, mas ingleses, natillas, vainilla, melocotón...

En esta ocasión tiré de un bizcocho que había hecho el dia anterior pero era demasiado grande y no quería congelarlo. Así que cogí algunos pedazos y lo troceé en taquitos. La fruta una lata de melocotones en almíbar y la crema unas natillas sencillas con su canela y su cascarita de limón.

Para terminar decorado con un poco de nata y unas chispitas de chocolate.

INGREDIENTES (para 4 personas)

Un trozo de bizcocho partido en trozos o si preferimos unos bizcochitos de soletilla.

4 cucharadas de mermelada de melocotón

1 lata de melocotón en almíbar

400 gr. de natillas

250 ml de nata montada

ELABORACIÓN

Escurrimos las frutas en almíbar y las troceamos reservando el jugo para mezclar con el licor.

En el fondo del vaso o copa que usemos, ponemos los trocitos de bizcocho que en este caso corté en cuadraditos, acomodándolo en el fondo.

Ahora vertemos según nuestro gusto, el almíbar mezclado con el vino dulce, lo suficiente para humedecer levemente el bizcocho.

Mojamos levemente con un poco de almíbar y un poco de vino/licor. Ponemos una cucharadita de mermelada por encima y ahora colocamos la fruta bien escurrita y cortada en trocitos. Solo nos queda cubrir con las natillas frías, que en este caso hice en casa, pero que bien puede ser compradas hechas. Un par de centímetros de altura.

Yo he optado por una sola capa de cada cosa, pero bien podemos poner varias capas de cada cosa.

Decoramos con una cucharada de nata montada y decoramos con virutas de chocolate, cacao en polvo, una rodaja de fruta o cualquier otro detalle que nos guste.

A la nevera hasta el momento de servir. Debe estar bien fría y la natilla por supuesto que bien cuajada.

Las truchas de batata solían ser el dulce tradicional por excelencia para estas fechas en la mayoría de los hogares canarios. Todavía hay muchas familias que las siguen haciendo, pero van siendo relegadas poco a poco por otros dulces que se comercializan hechos y que han venido a sustituirlas sin piedad. Para los que vivimos unas Navidades marcadas por las truchas hechas en familia, siguen siendo imprescindibles.

Cuando yo era pequeña se hacían en mi casa para toda la familia. Mi madre, gran cocinera, era la que dirigía el asunto y venían mis tías y mi madrina durante un día entero sólo para esta tarea. Los niños nunca éramos excluidos de esta actividad, al contrario, ayudábamos siempre y había tareas reservadas exclusivamente para cada uno de nosotros.

Si comparamos aquella forma de hacer esta receta con la forma en que se hacen hoy encontramos cambios muy significativos. En primer lugar casi nadie hace hoy en día la masa exterior y se usan las obleas que vienen hechas. Esto reduce el trabajo a la mitad ya que el proceso de hacer la masa era delicado y muy laborioso. Las almendras se compraban con cáscara por lo que había que partirlas, escaldarlas y volverlas a pelar, y se molían, no se picaban. Es decir, se trituraban en una máquina manual de moler carne, con los dientes más pequeños que era posible usar, añadiendo cucharadas de azúcar hasta obtener una pasta.

Hoy veremos sólo el relleno que se hacía y se hace en mi familia, pero usando todo lo que hoy día está disponible para facilitar el proceso. No son las mismas, porque como hemos dicho muchas veces los sabores de cuando somos niños se encuentran en la mente mezclados con todo lo que rodeaba esa vivencia y es imposible recuperarlo tal como fue. Peeeeero, se parecen mucho, nos traen recuerdos y lo más importante, ¡están riquísimas!.

Básicamente todas las casas usaban la misma receta, pero cada una le aportaba un toque diferente. Algunas personas añadían pasas, otras variaban las proporciones, hasta dar exactamente con las que se adaptaban mejor al gusto de cada uno. Con esta cantidad se pueden rellenar unas 50 truchas. Puede hacerse sólo la mitad.

Ingredientes:

- 1 Kg. de batata amarilla.

- 1/2 Kg de almendra molida.

- 1/2 Kg. de azúcar.

- Ralladura de limón.

- Canela molida

- Matalaúva

- 1 vaso de anís.

- Sal.

Pelamos la batata, la troceamos y la ponemos en un cazo. Cubrimos de agua, añadimos unas cucharadas generosas de matalaúva y una pizca de sal. Guisamos. Cuando estén blandas, las retiramos del fuego, escurrimos bien el agua y añadimos la ralladura de limón, y la canela al gusto y trituramos todo hasta formar un puré. Reservamos.

Aparte trituramos las almendras junto con unas cucharadas del azúcar. Reservamos.

Con el resto del azúcar hacemos un almíbar poniéndola en un cazo con un vaso de agua que la cubra y dejamos que espese hasta que tenga un punto de hebra espeso. Se mezcla cuidadosamente el almíbar con la batata molida y se añade el vaso de anís. Se mezcla bien y se deja enfriar la masa.

Cuando la masa esté fría, se forman las truchas poniendo una cucharada en el centro de cada oblea. Mojamos los bordes con agua y cerramos marcando los bordes con un tenedor para sellarlas bien.

Finalmente se fríen en abundante aceite de girasol hasta que estén doradas. Se sacan y se ponen en unas servilletas de cocina para quitar el exceso de aceite.

Pueden rebozarse en azúcar normal todavía calientes o dejar enfriar y espolvorear con azúcar glas.

Y esto es todo.

Con esta receta les deseo a todos una muy feliz Navidad,

¡Hasta la próxima!

La primera vez que probé dulces árabes fue hace mas de 30 años en Egipto. Me quedé enamorada de ese sabor y aroma a canela y azahar, de esa cantidad de frutos secos sin azúcar pero deliciosamente dulce por la miel y sobre todo el crujiente de su masa. Por eso en cuanto en Canarias se instaló una dulcería que los elaboran, me convertí en una clienta de lo mas fiel. Sinceramente nunca pensé que pudiera hacerlos, porque me parecían muy difíciles y complicados, hasta que un día me atreví a buscar la receta y descubrí que es lo mas sencillo del mundo, pero lo advierto, el que sea sencillo no quiere decir que lleve poco tiempo. Es una receta que lleva su tiempo, pero el resultado es maravilloso. Con esta receta me dio para una bandeja grande del horno, unos 50 pastelitos bien de tamaño, nada de minucias. Te lo recomiendo porque salen estupendos. Llevé a una comida de amigas, a mi madre otros tantos y en casa se quedó para nosotros un montón de ellos y a todos los que lo probaron les encantó.

Encima duran varios días igual de crujientes, si los tapas solo con un paño y lo mantienes fuera de la nevera.

Si te gustan los dulces muy crujientes, este será tu favorito a partir de ahora.

Confieso que había leído tantísimas recetas distintas que he terminado adaptándola a mi gusto particular, siempre respetando los ingredientes que se suelen usar en los países árabes.

En este caso le puse tres tipos de frutos secos pero pueden ser la cuatro tazas de una sola clase, por ejemplo de nueces, o almendras y pistachos.

Se me fueron 3 horas en la cocina entre pelando los pistachos, las almendras tostadas que también venían con piel y picando todo.

El resto es solo pincelar cada capa de Filo, con mantequilla y alternar cada cierto número de capas con los frutos secos, para terminar rociándolo con un almíbar cuando sale del horno.

Después dejarlo reposar unas horas, mejor toda la noche para que la pasta crujiente se impregne bien con el almíbar y nada mas.

Recuerda que se conserva a temperatura ambiente 5 o 6 días, solo tapado con un paño.

INGREDIENTES PARA UNA BANDEJA DE HORNO.

30 hojas de masa Filo.

1 paquete de 250 gr de mantequilla derretida sin sal
2 tazas de nueces

1 taza de pistachos

1 taza de almendras.
1 cucharadita colmada de canela en polvo
1 taza de azúcar
el jugo de 1/2 limón
3/4 taza de agua
1/4 taza de miel (yo usé melaza golden syrup o miel de caña)

Agua de azahar (al gusto, pero recuerda que si te pasas amarga) Es opcional, aunque para mi gusto debiera ser indispensable.

La masa filo debe adaptarse al tamaño exacto de nuestra bandeja. Así que si sobra cortaremos la tira que sobre y desechamos.

Empezamos fundiendo el paquete de mantequilla al microondas.

Encendemos el horno a 170 calor arriba y abajo.

Ahora preparamos el almíbar para que de tiempo a que se enfríe, mezclando el agua, el zumo de limón, el azúcar, el agua de azahar a nuestro gusto y la miel. Ponemos al fuego unos 10 minutos o si tenemos termómetro hasta alcanzar 108º. Apartamos entonces y dejamos enfriar

Preparamos la bandeja untando con un pincel todo el fondo de la bandeja.

Ahora ponemos dos hojas y pincelamos con la mantequilla fundida, otras dos, y así hasta 10 hojas, pincelamos y ponemos por encima como una taza y media de frutos secos variados. Ahora toca hacer lo mismo con 5 hojas, de nuevo una taza y media de frutos, otras 5 hojas y el resto de frutos y de nuevo 10 hojas, pincelando siempre cada dos.

Cuando ya lo tenemos, nos toca cortarlo bien en diagonal para formar esa especie de rombos. Y al horno, cerca de una hora, hasta que esté doradito.

Sacamos y rociamos con el almíbar y espolvoreamos con los frutos secos que mas nos gusten.

Solo queda déjalo reposar al menos 6 horas para que absorba bien el almibar.

Hoy publicamos una última receta de Navidad. Una clásica tarta de Mousse de turrón de Jijona, muy muy buena. Igual te viene bien para un turrón que te sobre, o igual haces como yo y compras de más para que sobre para todo el año. El turrón puede congelarse, y se mantiene en perfectas condiciones mucho más tiempo. La receta la he tomado de la página Bavette, que ya hemos nombrado muchas veces como muy recomendable. Un artísta italiano es el autor y nosotras, dos de sus rendidas admiradoras. Aquí tienes el enlace y no compares, ¿vale?

Ingredientes para un molde de 22,5

250 gramos de galletas tipo Digestive

125 gramos de mantequilla sin sal derretida.

100 ml de nata (esta se usará para diluir la gelatina)

4 hojas de gelatina

4 yemas de huevo tamaño M

500 gramos de turrón (2 tabletas)

4 claras de huevo

300 ml de nata (mínimo 35%mg)

Para la decoración:

Cuernos de chocolate blanco y pastillas de chocolate de colores rojo y verde

Preparación:

Preparamos en primer lugar la base. Para ello trituramos las galletas, añadimos la mantequilla derretida y mezclamos hasta conseguir una pasta. Colocamos en el fondo del molde, en mi caso uno desmoldable, y presionamos bien alisando la superficie. Ponemos en el frigorífico y seguimos preparando el relleno.

En primer lugar ponemos las hojas de gelatina de remojo en agua fría durante unos 5 o 10 minutos. Trituramos el turrón de Jijona y reservamos. Por separado montamos la nata bien firme y reservamos. Y, en otro bol montamos las claras de huevo a punto de nieve.

Ponemos en un cazo los 100 ml de nata que habíamos reservado y calentamos. Cuando esté caliente añadimos las hojas de gelatina y removemos bien hasta que se disuelva. Pasamos a un bol limpio y añadimos las yemas del huevo, removemos bien, y por último, añadimos el turrón rallado y seguimos removiendo hasta que se integren todos los ingredientes y quede una pasta lisa y homogénea. Incorporamos ahora la nata montada y mezclamos delicadamente con movimientos envolventes. Añadimos las clareas montadas igualmente con delicadeza.

Vertemos la mezcla sobre las galletas en el molde preparado. Guardamos en el congelador 4 o 5 horas.

Unas horas antes de servir sacamos la tarta del congelador, dejamos reposar unos minutos y desmoldamos. Reservamos en la nevera hasta última hora y decoramos la tarta a nuestro gusto.

Está riquísma, es una mousse de intenso sabor a turrón y admite múltiples decoraciones más o menos navideñas.

Ahora sólo tenemos que resistir hasta que vengan los Reyes Magos. Ánimo que la Navidad avanza y llegará la calma de enero. Tal vez hasta nos aburriremos. ¡Que ganas!
¡Hasta la próxima!

Una vez pasadas las navidades, no me quedan ni pizca de ganas de meterme en la cocina, sin embargo no entiendo una comida familiar sin algo de postre, así que para esta ocasión algo muy muy sencillo, sin apenas ingredientes y que no lleva mas de unos pocos minutos.

El resultado es un postre cítrico suave y aterciopelado.

PARA 6 COPAS NO MUY GRANDES

200 ml de zumo de mandarinas recién exprimidas

3 hojas de gelatina

250 ml de nata para montar

2 cucharadas soperas de zumo de limón

5 cucharadas soperas de azúcar

gajos de mandarina naturales para adornar

Exprimimos las mandarinas hasta obtener los 200 ml de zumo que apartaremos. Exprimimos el limón hasta que tengamos dos cucharadas soperas y las mezclamos con ellas.

Ponemos la gelatina en agua fría de remojo, mientras calentamos medio vasito del zumo de mandarina en el microondas, una vez caliente añadimos las hojas de gelatina bien escurridas, removemos hasta que veamos como se desaparece y añadimos al resto del jugo, removemos hasta que esté bien mezcladas y disueltas.

Montamos la nata con el azúcar y añadimos de un par de veces al zumo con movimientos envolventes para que no se baje.

Vertemos en las copas y a la nevera.

Decoramos según nuestro gusto, en este caso le puse un gajito de mandarina y una flor del mandarino que tengo en el jardín y que por mucho que florece nunca llega a darme ni una triste naranjita.

!Enero!, menudo mes para quien tiene un blog de repostería y ha de pensar a la vez en hacer propósito de enmienda de excesos de Navidad.... A esto añadimos, como decía Victoria la semana pasada, las pocas ganas de cocinar recetas elaboradas y trabajosas. Como no hay mal que por bien no venga, esta desgana me ha traído un maravilloso recuerdo de infancia en forma de receta fácil y sana. Una receta que nos hacía a mis hermanos y a mi nuestra querida Tía Concha.

Mi tía Concha, además de bolitas de zanahoria y polos de helado de vainilla, nos dio muchísimas horas de su tiempo, especialmente cuando estábamos enfermos. A los 6 años tuve un accidente doméstico que me tuvo 3 meses convaleciente y mi tía venía todas las tardes a entretenerme y a jugar conmigo. Nos cuidó, nos educó y a veces, muchas veces, nos malcrió para desespero de mi madre. En resumen, un ejemplo a seguir cuando con el tiempo fui tía yo misma.

Ingredientes:
200 gramos de zanahoria guisada y triturada.
200 gramos de coco y un poco más para rebozarlas
200 gramos de leche condensada

Elaboración:
Mezclar bien todos los ingredientes y dejar reposar la masa en la nevera unas horas hasta que haya endurecido un poco. Formar las bolas y pasarlas por coco rallado. Guardar en la nevera hasta su consumo.

Son riquísimas y muy apropiadas para hacer con niños. Si las haces a menudo con tus sobrinos te recordarán siempre, te lo digo por experiencia.
¡Espero que las disfruten!

A punto estuve de meter en una bolsa y a la basura con todos los dulces que han quedado de navidad, al ver como me apretaba el pantalón, después de las fiestas. Pero el remordimiento de tirar comida me pudo, así que opté por intentar reciclar o aprovechar todo lo que había quedado.

Al congelador se fue media tableta de turrón Jijona, para hacer una panna cotta dentro de un par de meses. Y con los mantecados y polvorones opté por hacer un bizcochito, que desde luego solo probé, entero me lo llevé urgentemente a casa de mi hermana, que ellos no cogen kilos a la velocidad que los cojo yo.

Este bizcocho me recuerda mucho al genovés, es poco húmedo, quizás un poco seco, como son los polvorones, pero muy esponjoso y con un intenso sabor mantecados de navidad.

Muy fácil de hacer y con poquitos ingredientes

INGREDIENTES para un molde de 20 cm.

3 huevos

360 gr de mantecados de canela y/o de limón

130 gr de zumo de naranja natural

25 gr de aceite de girasol o de oliva suave

1 sobre de levadura tipo Royal

ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 180 grados.

Untamos el molde con un poco de mantequilla para que no se nos pegue. En este caso el molde es de 20 cm y no era desmontable, pero no me dio ningún problema.

Separamos las claras de las yemas.

Montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal y unas gotitas de limón. Apartamos mientras desmigajamos los mantecados con las manos o con una picadora, añadimos el zumo de naranja, las yemas de huevo y el aceite. Mezclamos bien y cuando esté homogénea añadimos las claras a punto de nieve, sin remover demasiado, siempre con movimientos envolventes, para no bajar las claras. Vertemos en el molde, igualamos y al horno mas o menos 30 minutos. Pinchamos con un cuchillo o un palillo antes de sacar. Desmoldamos y dejar enfriar.

PARA ARACELI

Había oído unas cuantas veces a mi cuñada Valenciana y a mi hermano hablar de este dulce típico de Valencia. Parece mentira, pero lo más dificil de conseguir fueron las obleas sobre las que se hornean que, en Canarias, no las vende nadie. No hubo más remedio que pedirlas a una tienda de venta on line. Y aprovechando una invitación a almorzar a su casa me arriesgué a hacer estas riquísimas tortas. Llevan muy pocos ingredientes y son muy fáciles de hacer. Pueden comprobarlo.

250 gramos de almendra molida
250 gramos de azúcar glas
6 huevos
Ralladura de limón
Obleas blancas redondas
Azúcar para espolvorear

Elaboración.-

Montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal y a medio montar añadir el azúcar glass poco a poco. Seguir montando.

Mezclar aparte las yemas con la almendra molida y la ralladura de limón. Unir ambas mezclas con movimientos envolventes.

Colocar en una bandeja de horno el papel de horno y, encima las obleas que quepan . Colocar un par de cucharadas generosas de la mezcla encima y aplanar un poco haciendo un círculo. Espolvorear azúcar normal por encima y hornear durante unos 12 minutos a 170 grados.

Y esto es todo, muy muy fácil. Y ya puestos si vas a llevárselas a tu cuñada o a alguien especial puedes ponerlas en una linda caja como esta.

¡Hasta la próxima!,

Antojo de tarta de chocolate clásica. Toda la tarde buscando la receta clásica de tarta de galletas y chocolate, pero parece que no hubo manera, porque después de revolver todos los libros que andaban por casa no conseguí el sabor ni la textura de cuando era niña.

Sin embargo encontré esta receta muy sencilla en la página oficial de una marca de tabletas de chocolate. A mi me parece que es la misma receta que anda por ahí de tres chocolates con thermomix, pero sin maquinita, haciendo solo la capa de chocolate negro y añadiendo una ganaché de chocolate por encima que es la delicia de los adictos como yo al chocolate puro.

De todos modos sigo buscando esa receta que sobre todo en Canarias se hacía con unas latas de nata Ello-Ermol y galletas.

INGREDIENTES:

2 tableta de Chocolate negro.

400 ml de nata para montar (200 para la crema y 200 g para la cobertura)

300 ml de leche

1 sobre de cuajada

30 galletas tipo María

2 hojas de gelatina para la cobertura

Un molde desmoldable de 18 cm.

Cubrir la base con 12 galletas.

Poner a calentar en un cazo a fuego medio, la nata, 200 ml de leche y el chocolate troceado. Ir removiendo hasta que se funda.

Mezclar el resto de la leche con la cuajada y añadir a la mezcla anterior.

Remover suavemente y sin parar unos minutos hasta que la mezcla espese.

Verter una parte de la crema encima de las galletas, solo hasta que cubra. Poner 5 galletas encima y verte de nuevo un poco más de crema.

Poner las 5 galletas restantes y acabar de cubrir con la crema. Llevar a la nevera y dejarla en el frigorífico unas dos horas, hasta que cuaje totalmente.

Hidratar la hoja de gelatina en agua fría.

Poner a calentar en un cazo a fuego medio, la nata con el chocolate troceado e ir removiendo hasta que se funda.

Retirar el cazo del fuego y dejar templar un poco. Añadir la gelatina escurrida y remover bien hasta que se disuelva.

Verter por encima del pastel y refrigera dos horas más o hasta el momento de consumir.

Desmoldar y servir.

PARA FRANDO, OTRA VEZ,

Sigue creciendo el mayor de nuestros niños madrileños, a la velocidad de un rayo. Esta fue la tarta que hicimos para su sexto cumpleaños, hace unos meses. Está en esa adorable edad en la que los dientes de delante, las paletas nuevas, empiezan a crecer y parece que no son de su talla. Esa edad donde ya adopta expresiones y poses de adulto en algunas situaciones, y resulta simpatiquísimo. Y además ¡está hecho un campeón del balonmano!, así que ya puedo ir practicando la tarta del año que viene. Muchas felicidades te dejamos aquí para verlas siempre que quieras, que cumplas muchos más y que nosotros podamos celebrarlos contigo. Te veremos muy pronto.

Esta modalidad de "tartas juguete" es una excelente opción cuando no tenemos tiempo de hacer todas las figuras en pasta de azúcar, o cuando un tiempo caluroso y húmedo, como el de Canarias en agosto, te impide ponerte a modelar nada porque todo se derrite. Además tiene la ventaja que el juguete forma parte del regalo y puede seguir usándose cuando el cumpleaños ha pasado. El truco está en integrar la temática del juguete en la propia forma de la tarta.

Aquí, además de una rica tarta de zanahoria, que anima a comer verdura a los niños que sean reacios, se usaron unas riquísimas rocas de tres chocolates. La receta de las rocas la publicaré en breve porque se le pueden dar mil usos.

Se hicieron dos tartas, una redonda en un molde de 30 centímetros, y otra superior con el molde de Wilton de piñata, aunque vale cualquier molde redondo.

La cubierta es la típica de las tartas de zanahoria, pero añadiendo cacao y yogur griego para hacerla más suave. Como era bastante grande se usaron las cantidades que describo a continuación multiplicadas por tres.

Con las cantidades que se describen en la receta puede usarse un molde de 20 cm de diámetro y quedará perfecta.

Ingredientes:
Para el bizcocho: Para el frosting de chocolate:
200 gramos de harina de repostería 270 gramos de chocolate fondant
80 gramos de harina de trigo integral 85 gramos de mantequilla
25 gramos de cacao puro en polvo 170 gramos de queso Philadelphia
una cucharadita de bicarbonato 240 de azúcar glas
2 cucharaditas de levadura Royal 40 gramos de cacao en polvo
1/2 cucharadita de sal 1/2 cucharadita de sal
1/4 cucharadita de nuez moscada molida 1 yogur griego
2 cucharaditas de canela molida
340 gramos de zanahoria, pelada y en trozos.
200 gramos de piña fresca pelada y en trozos.
100 gramos de nueces pecanas (tostadas en el horno previamente).
4 huevos grandes
200 gramos de azúcar normal
100 gramos de azúcar moreno
240 ml de aceite de girasol
1 cucharadita de pasta de vainilla

Preparación:

Para preparar el bizcocho empezamos precalentando el horno a 180º y engrasando nuestro molde con mantequilla y cacao en polvo o de la forma que acostumbremos. Reservamos.

A continuación mezclamos en un bol todos los ingredientes secos: harinas, cacao, bicarbonato, levadura, sal, nuez moscada y canela y removemos bien. Reservamos.

Rallamos la zanahoria y reservamos.

Trituramos la piña y reservamos.

Trituramos las nueces y reservamos.

En un bol amplio batimos los huevos con el azúcar hasta que blanquee, añadimos el aceite, la vainilla, la zanahoria rallada, la piña y las nueces y mezclamos bien. Incorporamos poco a poco los ingredientes secos mezclando cuidadosamente con movimientos envolventes.

Pasamos la mezcla al molde y horenamos 40 o 45 minutos. Debemos pinchar para comprobar si está cocinado, cuando el pincho sale seco.

Retiramos del horno y cuando esté templado, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Para preparar el frosting o cubierta troceamos o rallamos el chocolate y lo fundimos al microondas de poco a pocos segundos, en cada intervalo sacamos y removemos, hasta que veamos que está completamente fundido. Reservamos.

En otro bol ponemos la mantequilla a temperatura ambiente, el queso Philadelphia, el azúcar glas, el cacao y la sal y batimos bien hasta integrar.

Incorporamos el chocolate fundido y el yogur y seguimos mezclando, hasta que nos quede una crema homogenea.

Para montar la tarta cortamos el bizcocho en capas, dos o tres según la altura que haya alcanzado el bizcocho y nuestra habilidad para cortarlo (siempre se maneja mejor si se deja reposar el bizcocho de un día para otro). Colocamos un disco en nuestro plato de presentación y extendemos 2 o 3 cucharadas de crema. Repetimos este procedimiento con el resto de los discos. Finalmente cubrimos con la crema toda la superficie y laterales de la tarta.

Si queremos que quede bien lisa, daremos una primera capa fina de crema que actuará como tapaporos, llevamos al frigorífico y al cabo de una hora sacamos y volvemos a cubrir con una capa más gruesa que podremos alisar.

Esta crema también puede ponerse en una manga pastelera con la boquilla que más te guste para realizar decoraciones con manga.

Así queda por dentro, ¿a que dice cómeme, cómeme?...
¡Hasta la próxima!

En muchas ocasiones me resulta mucho mas práctico tener pequeños dulces en lugar de una tarta grande, sobre todo cuando no voy a poder partirla y cada uno tendrá que servirse. No todos se manejan bien con el cuchillo y la pala y en ocasiones termina la pobre tarta destrozada y queda nuestra mesa hecha un desastre. Para mi la repostería tiene mucho de sabor y otro tanto casi igual de presentación. Por eso procuro servir yo o hacer pequeñas porciones que haga muy sencillo probar un poco de todo.

Ideal para una mesa dulce, o para un buffet.

En esta ocasión tarta de queso. Con dos sabores completamente distintos pero con la misma base. Unas una mermelada de cerezas casera que tenía preparada y una fresca como decoración, y otras con lemond curd y un poquito de nata.

INGREDIENTES PARA 12 MINI-PASTELITOS

2 paquetes de queso crema

¾ taza de azúcar granulada

2 huevos

extracto de vainilla 1 cucharadita

1 taza de galletas trituradas

50 gr de mantequilla

1 punta de cucharadita de canela

Lemond curd
Mermelada de cerezas

1 taza de nata montada

2 cucharadas de azúcar

INSTRUCCIONES

Precalentar el horno a 1800 grados.

Triturar las galletas y mezclar con la mantequilla y la canela .

Preparar el molde de 12 magdalenas y poner las cápsulas de papel que después retiraremos cuando estén frías.

Llene el fondo de cada cavidad con una cucharada de migas de galleta. Yo usé un tarrito de especias para presionar las galletas contra el fondo.

En un bol grande batir el queso crema y el azúcar, agregando los huevos, uno a la vez, y el extracto de vainilla hasta que estén bien mezclados. Batir bastante hasta que la mezcla esté suave y esponjoso.

Verter la mezcla sobre cada cápsula sin llegar a llenar del todo.

Hornear durante 15-20 minutos. Apagar el horno, deje la puerta ligeramente abierta y permitir que se enfríen durante 5 minutos antes de sacarlo del horno. Dejar enfriar completamente sobre una rejilla.

Cuando esté totalmente fríos, sacar y quitar las cápsulas con cuidado. Ahora poner por encima una cucharada del lemond curd.

Batir el azúcar con la nata bien fría en un recipiente hasta que se formen picos duros.

Cubra cada pastel de queso con una cucharadita de nata y decorar con un trocito de limón.
O como las otras, con una mermelada de cerezas casera y una fresca encima.

Mantener en la nevera

Para medio mundo, entre los cuales se encuentra Canarias, los cacahuetes son manises (y así lo recoge la Academia Canaria de la Lengua), en cambio en Sudamérica parece que se usa más el término maníes si hablamos en plural. Yo he preferido en este caso usar el vocablo que todos compartimos de cacahuetes, que por otra parte siempre me ha parecido un término curioso y muy sonoro. Esta receta nació porque mi hermana Carmen probó en un restaurante unos bocaditos de gofio y mantequilla de cacahuete que le gustaron mucho. Probó cantidades y reprodujo, por supuesto, la receta. Tiene esa habilidad de saber los ingredientes que lleva algo que prueba y después sólo ajusta cantidades y consigue hacer su versión. En este caso no tenía mucha ciencia porque mezclando sólo dos ingredientes se consigue este curioso dulce. La mayor complicación, y por tanto el mayor número de ensayos, fue para el baño de chocolate que tenía que quedar bien crujiente y el chocolate ya se sabe, tiene vida propia.

Ingredientes:
200 gramos de mantequilla de cacahuete con trocitos
400 gramos de gofio de millo
200 gramos de chocolate de cobertura (o el suficiente para cubrir los bombones)
Unos cacahuetes salados picados para adorno

Preparación:
Mezclar la mantequilla de cacahuete con el gofio hasta que esté bien integrado. Dejar reposar la mezcla en la nevera.
Formar las bolas y dejarlas reposar de nuevo en frío.
Derretir el chocolate, atemperar y bañar los bombones. Esto puede hacerse bien sumergiéndolos en el chocolate o bien dejando caer la cobertura sobre una rejilla. Antes de que seque el chocolate dejar caer unos trocitos de manises picados por encima.

¡Qué maravilla el gofio de mi tierra, que sirve para tantísimas cosas!

Muchas de mis recetas están inspiradas en la necesidad urgente de utilizar algún producto que tengo por casa a punto de madurez o a punto de caducar y gracias a lo concienciada que me tenían mis padres cuando decían que la comida no se tiraba, busco una y mil maneras de usarlas. En este caso la urgencia era usar un par de platanitos maduros que estaba preciosos, pero apenas le quedaban uno o dos días de vida, y para no tirar me termino gastando 10 veces su precio en el resto de los ingrediente, ¡Pero que le vamos a hacer....esto es lo que me queda de la educación de padres nacidos en plena guerra civil!!

Y para darles un aspecto mas elegantón lo troceé en cuadraditos, espolvoreados y metidos en una cajita bonita se convirtieron en unos pastelitos riquÍsimos para llevarle a mi hermana, que se queda encantada con cualquier detallito dulce que tenga con ella.

INGREDIENTES

100 gr de mantequilla a temperatura ambiente

200 gr de azúcar moreno

300 gr de plátanos muy maduros hechos puré

2 huevos

1 cucharadita de canela

180 gr de harina

1 cucharadita de bicarbonato (vale también levadura en polvo)

60 gr de chocolate negro picado

80 gr de nueces

Precalentamos el horno a 180ºC.

Tamizamos la harina con el bicarbonato (si no tienes te vale la levadura en polvo).

Preparamos el molde engrasándolo con un poco de mantequilla y espolvoreamos con harina o con cacao, cualquiera de los dos nos sirve.

Batimos la mantequilla con el azúcar moreno y con la canela hasta que la mezcla blanquee un poco.

Batimos un poco con un tenedor como para tortilla los huevos y los añadimos a la mezcla, que una vez homogénea le añadimos el puré de plátano, luego la harina, el chocolate picado y las nueces y seguimos removiendo bien con una espátula.

Vertemos en el molde y al horno durante 40 minutos, o hasta que al introducir un palillo este salga limpio.

Dejamos enfriar en el molde 10 minutos y lo traspasamos a una rejilla.

En este caso usé un molde de los alargados, para que me saliese bien los cuadraditos

Inspirada en la receta original de Peggy Porschen en su libro, "Boutique de Pastelería",

Este postre resulta muchísimo más rico que bonito, por lo que merece la pena absolutamente hacerlo y probarlo. Bien frío y acompañado de helado es una excelente opción como postre de un almuerzo de primavera. ¡Y los plátanos ya se sabe son muy muy saludables!. Evidentemente han de ser plátanos de Canarias.

Ingredientes:
4 o 5 plátanos maduros.
3 huevos
1/2 taza de aceite de oliva suave o girasol
1/2 taza de azúcar
1 cucharada de canela
2 tazas de harina
1/2 taza de mantequilla
1 taza de azúcar morena

Preparación:

Precalentamos el horno a 170º. Elegiremos un molde tipo bandeja no muy alto.

Empezamos poniendo la mantequilla en un cazo y llevando al fuego a temperatura media, cuando esté bien caliente, añadimos el azúcar moreno y removemos hasta que se disuelva. Ponemos esta mezcla que se habrá hecho un caramelo en la base de nuestro molde y antes de que se enfríe cubrimos con rodajas de plátano la superficie. Dejamos enfriar.

Trituramos el resto de los plátanos con un tenedor y añadimos a un bol amplio. Vamos incorporando los huevos, el aceite, el azúcar y la canela y batimos bien hasta integrar los ingredientes. Finalmente añadimos la harina con movimientos envolventes. Ponemos esta mezcla sobre el caramelo y los plátanos en rodajas alisando bien la superficie.

Llevamos al horno durante unos 40 minutos. Dejamos enfriar en el molde y desmoldamos dando la vuelta y dejando el caramelo en la superficie.

Servimos acompañado de helado de vainilla.

Espero que lo pruebes y que te guste tanto como a nosotros.
¡Hasta la próxima!

Ya se que no debemos llamar Tiramisú a algo que estrictamente no lo sea, pero es que no sabía que nombre darle al postre que lleva la misma receta que dio que el cocinero de la tele Bruno Oteiza pero sustituyendo los bizcochos de soletilla y por galletas Maria, que era las que tenía en casa. La verdad es que queda igual de rico y para un postre familiar y sin elementos "tiquismiquis que se pongan a discutir la pureza de la receta, está estupendo, porque el sabor es el mismo pero con un toque mas casero, por la galleta.

Sencillo de preparar y que no tardas apenas un ratito.

Ingredientes:

1 paquete de galletas María

300 g de queso mascarpone o queso crema tipo philadelphia

2 yemas de huevo

40 g de azúcar

15 g de café

50 g de chocolate negro

300 de nata montada

1 copa de licor o aguardiente que queramos

cacao amargo en polvo

Elaboración:

Antes que nada vamos a decorar las copas de cristal para servir. Ponemos en un plato un poco de licor y en otro cacao en polvo. Ponemos boca abajo la copa y mojamos en el licor y luego en cacao. Apartar.

Hacer el café para que se vaya enfriando antes de mojar las galletas. Reserva.

Para la crema, batir las yemas de huevo con el azúcar hasta que triplique su volumen y queden espumosas.

En otro bol, poner el queso y mezclamos con la nata montada con suavidad. Incorpora las yemas al bol y mezclar con movimientos envolventes .

Para montar las copas ponemos un poco de cacao en el fondo de la copa, un poco de crema y una galleta previamente pasada por café, e ir alternando, para terminar espolvoreando cacao.

La receta de Victoria de la semana pasada de tiramisú con galletas me recordó uno de mis postres favoritos, las natillas. Todos los postres que llevan galletas me encantan y este es de los que además recuerdan la infancia y los sabores de siempre. Y por si fuera poco son muy faciles de preparar.

Ingredientes:
1 litro de leche
150 gramos de azúcar
5 yemas de huevo
Galletas tipo María
Piel de limón
Canela en rama y molida
3 cucharadas de Maizena
Preparación:

Ponemos a calentar la leche en un cazo, separando un vaso, junto con la rama de canela y la piel de limón. En el vaso de leche que hemos separado añadimos las yemas, el azúcar y la maizena y mezclamos bien. Una vez que la leche esté bien caliente retiramos la canela, la piel de limón y añadimos la mezcla de leche, huevos, azúcar y maizena. Colocamos de nuevo en el fuego y removemos sin parar hasta que espese. La leche no tiene que hervir en ningún momento. Cuando espese, que será en unos 5 minutos, retiramos del fuego, llenamos los cuencos, ponemos una galleta encima y dejamos enfriar. Cuando estén frías reservamos en la nevera.

En el momento de servir puedes añadir canela en polvo.

Bien fresquitas es un postre ideal para empezar la primavera.
¡Hasta la próxima!

El eton mess es un postre de origen inglés consistente en una mezcla de fresas, trozos de merengue y nata, que se sirve tradicionalmente en el partido anual de críquet que se celebra el 4 de junio en el Colegio Eton contra los estudiantes del Winchester College. Esta es la definición del Wikipedia. Pero este postre con aspecto tan sofisticado es la cosa mas sencilla del mundo, que viene a ser lo mismo que una pavlova pero el merengue en este caso se pone troceado, yo no aprecio otra diferencia.

Como la disciplina no es lo mío y viendo la receta del chef Ramsey he cambiado las fresas por frambuesas y para que tenga mas fruta la base está la puse completa de fruta, así cuando la sirves no es tan dulce, sino que tiene muchas frambuesas con ese toque acido que contrarresta el azúcar del merengue seco (suspiros en mi tierra Canaria).

Por cierto si quieres eliminar unas pocas calorías puedes sustituir la nata por Yogurt griego.

INGREDIENTES

Merengues secos. (Suspiros de Moya en Canarias)

500 ml. nata para montar

3 cajitas frambuesas

3 cucharadas de azúcar

Si tienes ganas de ponerte a hacer merengues aquí te dejo la receta, pero a mi me parece que lo complicamos bastante sin necesidad

Poner al fuego las dos cajitas de frambuesas con una cucharada sopera de azúcar, durante unos 10, solo para disolver el azúcar, se deshace enseguida. Poner a enfriar. Mientras montamos la nata con las otras dos cucharadas de azúcar.

Y ahora solo queda poner en el fondo las frambuesas cocidas y frías, poner la nata a cucharadas por encima y el merengue a trozos. Decoramos con mas frambuesas.

A la nevera hasta que lo vayamos a consumir. No preparar con demasiada antelación, porque perdería crujiente el merengue. Así que como mucho un par de horitas antes.

A mi sinceramente me parece mas un queque o bizcocho y así anduve buscando esta receta entre mis libros de cocina, pero la encontré en una receta que tenía impresa entre libros y ponía tarta, si los entendidos dicen que es una tarta, no seré yo quién le cambie el nombre.

El caso es tener un queque o bizcochito para desayunar.

A pesar de la cantidad de azúcar que lleva y de la miel, el sabor no es dulzón.

Esta receta da para un buen pastel de tamaño considerable. Usé un molde cuadrado de 25X25 cm y salió bastante altito, y eso que sustituí el harina simple por integral que suele subir menos.

Una vez terminado lo partí en dos, y lo que vemos en la foto solo es la mitad la otra mitad se fue al congelador.

INGREDIENTES
300 gr. de azúcar moreno
450 gr. de harina de repostería. Yo utilicé integral.
1/2 cucharadita de bicarbonato.
1 cucharadita de jengibre molido o rallado si es fresco.
2 cucharaditas de canela
1 cucharadita de nuez moscada
250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
2 huevos
250 ml de leche que corto con 2 cucharadas de zumo de limón y dejo reposar unos minutos.
175 ml de miel, aunque yo utilicé sirope de arce.

Para el glaseado de limón;
60 gr. de mantequilla
2 cucharaditas de ralladura de limón.
3 cucharadas de zumo de limón
300 gr de azúcar glás.

Encender el horno a 160º.

Forrar el fondo del molde con papel de hornear.

Tamizar los ingredientes molidos sobre un cuenco grande, y añadir los demás ingredientes.

Con una batidora de varillas eléctrica batir bien hasta que se mezclen todos los ingredientes y adquiera un color mas pálido.

Extender la mezcla sobre el molde y horneamos alrededor de 1 hora y un poco mas. Hasta que huela de maravilla toda la cas, y lo pichemos saliendo el palillo limpio.

Lo sacamos y dejamos reposar sin desmoldar unos 5 minutos. Desmoldamos obre una rejilla y damos la vuelta para que se enfríe. Cuidado que estando caliente es muy frágil.

Hacemos el glaseado mezclando y batiendo la mantequilla con la ralladura de limón a la que vamos incorporando poco a poco el zumo de limón y el azúcar glas.

Extendemos sobre el pastel frío.

TARTA DRAGÓN BEBÉ

SEMIFRÍO NAVIDEÑO DE YOGUR Y MANGO

TRIFFLÉ CON MELOCOTÓN

TRUCHAS DE NAVIDAD

BAKLAVA

TARTA DE TURRÓN PARA NAVIDAD

MOUSSE DE MANDARINA

BOLITAS DE ZANAHORIA Y COCO

BIZCOCHO CON MANTECADOS DE NAVIDAD

TORTAS CRISTINA (COQUES CRISTINES)

TARTA DE CHOCOLATE CON GALLETAS

TARTA JUGUETE DE ZANAHORIA Y CHOCOLATE (CHOCOLATE CARROT CAKE)

BOCADITOS DE TARTA DE QUESO. De cerezas y de limón.

BOMBONES DE GOFIO Y CACAHUETE (MANISES)

BIZCOCHO DE PLÁTANO, CHOCOLATE Y NUECES

VOLCADO DE PLÁTANO

TIRAMISÚ CON GALLETAS MARIA

NATILLAS CON GALLETAS

ETON MESS DE FRAMBUESAS

BIZCOCHO DE JENGIBRE, MIEL Y LIMÓN